Una batería de metal líquido se postula para almacenar grandes cantidades de energía.
Un profesor del MIT asegura haber dado con la solución para el almacenamiento masivo de energía. Su empresa, Ambri, está desarrollando unas baterías de metal líquido con las que, según su creador, se podrán guardar los excedentes de producción para inyectarlos en el sistema cuando sea necesario.
Como en la actualidad no existe ninguna tecnología para almacenar grandes cantidades de energía, se intentan equilibrar la producción y el consumo. Esto, que es relativamente sencillo en las centrales térmicas, supone un problema para las renovables. Por su propia naturaleza, no siempre producen igual. A veces hace más sol, o sopla más viento. En ocasiones se desperdicia, y en otras no es suficiente.
La única manera de que las renovables puedan reemplazar a las fuentes de energía convencionales es mediante baterías que almacenen los excedentes, y puedan entregarlos cuando sea necesario. Donald Sadoway ha asegurado a la BBC que su empresa podrá ofrecer esta tecnología en menos de dos años.
La técnica empleada por Sadoway y su compañía utiliza electrodos de metal líquido para conectar un electrolito de sales fundidas. Aun así, por cuestiones de secreto comercial, no ha desvelado la composición química de los elementos actuales de sus baterías. El primer prototipo, afirmó el profesor del MIT, usó antimonio como polo positivo —el metal pesado que hace de base— y magnesio como polo negativo —el metal ligero que se mantiene en la parte superior.
Según su creador, estas baterías permitirían almacenar grandes cantidades de energía, mientras que tienen un proceso de fabricación relativamente barato y un mantenimiento reducido. Su sistema permite crear células individuales, conectarlas entre sí en módulos más grandes que, a su vez, puedan agruparse en grandes contenedores.
Aunque la tecnología de baterías ya es bastante eficiente a pequeña escala, es difícil trasladarla a grandes volúmenes. Las de iones de litio —que están presentes en teléfonos móviles o coches eléctricos—, por ejemplo, exigen la creación de muchísimas pequeñas células, y agruparlas muy cerca unas de otras para no perder carga. Según Sadoway, su tecnología permitiría desarrollar capacitores que exigiesen entre 50 y 100 veces menos células para cumplir el mismo cometido.
Aunque todavía no está claro el éxito de esta tecnología, desde BBC cuentan que Ambri, la empresa responsable de su desarrollo, ha recibido una inversión de 15 millones de dólares por parte de Bill Gates, la petrolera Total y Khosla Ventures, una compañía de capital riesgo. Además, la revista MIT Technology Review la ha incluido en su lista de 50 empresas disruptivas a las que prestar atención durante 2013.
Artículo extraído de http://www.ideal.es/innova/